LA CASA DE LA VILLA
El actual ayuntamiento de Calanda fue edificado a mediados del siglo XVII en la plaza de Mayor de la villa, para cumplir la función de lugar de reunión de las autoridades locales. El edificio fue levantado ex-novo sobre los solares que ocupaban inicialmente dos construcciones medievales de carácter institucional: la Casa del Consejo y el cobertizo de la plaza.
La Casa de la Villa de Calanda, se diferencia de la tipología propia al Bajo Aragón por carecer de la típica lonja. La presencia desde tiempos pretéritos de dos áreas porticadas en plaza Mayor motivaría la ausencia de dicho elemento arquitectónico tan característico en la zona.
La edificación se divide en tres plantas. Cruzando un portal formado por un sencillo arco de medio punto se accede a lo que, en un inicio, fue un espacio formado por un zaguán y una escalera castellana que daba acceso a la planta noble. A través de la planta baja se accedía a diversas dependencias, la cárcel, el granero y, a partir de 1719, el despacho de pesas y medidas. Posteriormente a inicios del siglo XX la casa consistorial acogió la oficina de correos y telégrafos, y la centralita de teléfonos.
La planta superior estaba destinada principalmente a acoger la sala de sesiones de Consejo lugar de decisión de la política local.
Siguiendo escaleras arriba, se accede al último piso situado bajo el tejado utilizado como anexo de almacenamiento.
Las reformas llevadas a cabo en los años 80 del siglo XX han remodelado el aspecto exterior del edificio, tirándose a bajo los edificios anexos situados a espaldas del ayuntamiento. Las fachadas que dan a la plaza son las únicas que conservan su aspecto original. En ellas se aprecia la presencia de una línea de impostas que separa los sillares de piedra arenisca sobre los cuales descansa el edificio, de la construcción en ladrillo de la planta noble y superior. La planta noble cuenta con seis balcones, algunos de los cuales son aperturas realizadas a posteri.
En la fachada Este, la que confronta con la iglesia, destaca la presencia de dos frescos de estilo rococó pintados en en el siglo XIX. Los frescos recuerdan a dos prohombres de Calanda Francisco Cascajares del Castillo y Tomás Bernad Sanz, personajes que desempeñaron cargos de gran relevancia durante los reinados Fernando VI, Carlos III y Carlos IV.
Francisco Cascajares y del Castillo (1694-1752), infanzón, catedrático en leyes, asume al inicio de su carrera varios cargos de relevancia en la Corona de Aragón. Integra durante el reino de Fernando VI la administración castellana en la Corte de Madrid, destacando su participación en el Consejo Supremo de Castilla, el Consejo de Guerra, y asumiendo la presidencia del Consejo del reino de Granada.
Tomás Bernad Sanz ( 1727-1806) doctor en Filosofía y Derecho por la Universidad de Zaragoza, abogado de la Audiencia de Aragón entra a formar parte de la secretaría del Consejo de Castilla de mano del Conde de Aranda en 1767. Los éxitos de Antonio Bernad en su labor administrativa, son recompensados en 1795 otorgándole el título de barón de Castiel y abriéndole las puertas de la Cámara de Castilla en 1801. Decano de la Cámara del rey, Vicepresidente del Monte Pío de Corregidores, Juez de la Casa de Campo de Madrid, Presidente de la Mesta general de los reinos de Castilla, el barón de Castiel fallece en Madrid en 1806.
L’Hôtel de ville
L’Hôtel de ville de Calanda est un édifice datant du milieu du XVIIième siècle qui occupe un espace de référence dans la place principale de la ville, la Place d’Espagne. L’édifice fut construit ex-novo sur les soubassements de deux constructions médiévales : la maison du Conseil et le porche du Conseil.
L’Hôtel de ville de Calanda se différencie de la typologie propre aux bâtiments institutionnels du Bas-Aragón du fait de l’absence de halles au rez-de-chaussée. Le motif en est bien simple, au XVIIième siècle la place disposait de deux porches destinés à accueillir les commerçants les jours de marché.
L’édifice se divise en: rez-de-chaussée, premier et deuxième étage. La porte principale donne accès à l’escalier menant aux étages supérieurs, ainsi qu’à diverses dépendances qui firent office de dépôt de grain, de prison, et de salle des poids et des mesures. Au cours du XXième siècle , la Poste et la centrale téléphonique y ouvriront leur bureau.
La premier étage accueillit durant quatre siècles la salle capitulaire, lieu de décision de la politique locale; aujourd’hui, la salle capitulaire a laissé place au bureau de monsieur le Maire et au secrétariat.
Le dernier étage, l’ancien grenier, a été réaménagé en une grande mansarde oú sont déposées les archives municipales.
Les réformes réalisée durant les années 80 du siècle dernier ont remodelé l’aspect extérieur de l’immeuble. Les façades donnant sur la place sont les seules qui conservent leur aspect original. On y apprécie clairement la présence de deux de matériaux caractéristiques de l’architecture aragonaise : la pierre et la brique.
Sur la façade qui confronte l’église paroissiale on remarque la présence de deux fresques de style rococo datant du XIX ième siècle. Les fresques font référence à deux personnages natifs de Calanda, Francisco Cascajares del Castillo et Tomás Bernad Sanz, personnages qui occupèrent durant le XVIIIième des postes importants durant les règnes des rois Ferdinand VI, Charles III et Charles IV.
TOWN COUNCIL
Autoría: Esther Royo Ginés
The current town hall of Calanda was built in the mid-eighteenth century, in the Mayor Square, to fulfil the function of meeting place for local authorities. The building was built exnovo on the plots that initially occupied two mediaeval constructions of an institutional nature: the council house and the shed of the square.
The Town House differs from its own typology from Bajo Aragón because it lacks the typical auction. The presence since ancient times of two porticoed areas in the main square would motivate the absence of such a characteristic architectural element in the area.
The building is divided into three floors. Crossing a portal formed by a simple half-point arch, you access a stairs that gave access to the noble floor. Through the ground floor, various premises were accessed, the prison, the barn and; from 1719, the dispatch of weights and measures. Subsequently, at the beginning of the twentieth century, the consistorial house hosted the post office and telegraphs, and the telephone center.
The upper floor was mainly intended as the Council’s meeting room, the place of decision of local policy.
Climbing the stairs, you access the last floor used as a storage place.
In the 1980´s, renovations were carried out to remodel the exterior of the building. The facades in front of the square are the only ones that retain their original appearance. They clearly show the presence of two types of materials typical of Aragonese architecture: Stone and brick.
On the Eastern facade, the one that confronts with the church, the presence of two rococó style frescos painted in the 19th century stands out. The frescos remind two men from Calanda, Francisco Cascajares del Castillo and Antonio Bernard Sanz, characters who held positions of great relevance during the reigns of Ferdinand VI, Charles III and Charles IV.
Bibliografía y fuentes documentales:
– ALLANEGUI Y LUSARRETA, Vicente, Apuntes históricos sobre la Historia de Calanda, Calanda / Teruel, Ayuntamiento de Calanda / Parroquia de la
– GARCÍA MIRALLES, Manuel, Historia de Calanda, Valencia, 1969.
– MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, 18¬45-1850.
-THOMSON LLISTERRI, Teresa, “El arte barroco en la comarca del Bajo Aragón” en José Ignacio Micolau Adell y Teresa Thomson Llisterri (coords.), Comarca del Bajo Aragón , Colección Territorio núm. 18, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2005, pp. 151-167. Publicación en internet
Dibujos:
– DIBUJO 1: Amadeu Andrés García (GREC)
– DIBUJO 2: Miguel Pérez Timoneda (GREC)
Texto:
Lorenzo Gasca Castán (GREC)