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EL PILAR DE CALANDA

Descripción:

Se trata de un edificio barroco de tres naves, crucero alineado y cabecera plana. La nave central se cubre con bóveda de cañón (en la que se disponen lunetos en tramos alternos); las naves laterales, con una sucesión de cúpulas; los brazos de la nave crucero, con bóveda de cañón con lunetos; y el crucero, con una gran cúpula central sobre pechinas. Tiene coro alto a los pies, elevado sobre un arco rebajado. (Enlace a FQLL )

CONTEXTO:

Tras producirse el Milagro de Calanda , en 1640, se se levantó una pequeña ermita yuxtapuesta a la casa de los padres de Miguel Pellicer Blasco.

La construcción de esta obra, comenzó con un problema arquitectónico importante. Lo más lógico y habitual hubiera sido colocar el altar mayor y la cabecera del templo orientados hacia la habitación donde se produjo el milagro. Esta idea fue desechada pues como se aprecia en la imagen superior, el desarrollo del templo en este sentido hubiera condicionado unas naves excesivamente cortas por encontrarse estas con el montículo que alberga el castillo. Para solventar este problema se optó por dejar el emplazamiento del prodigio como capilla lateral y desarrollar la obra en sentido perpendicular a la misma siguiendo la orientación del propio terreno. Para ello fueron compradas y demolidas varias casas que se encontraban en los solares traseros al corral de los Pellicer. Esta solución presenta un templo orientado al oeste, al contrario de lo que es habitual en las construcciones católicas. Curiosamente en el Pilar de Zaragoza, también se tuvo que recurrir al ingenio arquitectónico para poder colocar en el presbiterio la imagen de la Virgen sin que el edificio corriera peligro por estar demasiado cercano al Ebro.

La remodelación del templo se tuvo lugar en la segunda década del siglo XVIII, siendo bendecido el 6 de julio de 1722. En 1740, año del centenario del Milagro de Miguel Pellicer, se daba por terminadas diversas reformas, tomando su aspecto final.

Fig. 1 Planta del tempo del Pilar. Fig. 2 Nave central del templo

El edificio consta de tres naves con su cúpula en el crucero; y cuatro, dos a cada lado en las naves laterales. Toda su arquitectura sigue los modelos barrocos de moda en la época su construcción, siendo su decoración arquitectónica, pilastras adosadas, capiteles compuestos, frisos y discretas guirnaldas. El proyecto original, albergaba una fachada principal flanqueada por dos torres, de la cual solo pudo construirse una por falta de fondos. Este hecho aparece atestiguado por una de las fotografías de los faroles del desaparecido rosario de cristal, donde la maqueta del templo (realizada en Cristal) aparece con dos torres.  Una vez la historia del Pilar zaragozano y calandino discurren de forma paralela pues el farol del Pilar de Zaragoza que allí procesiona, también tuvo muchos años antes las cuatro torres, que hoy coronan la basílica. El desparecido retablo mayor, fue traído del Convento del Desierto propiedad de los Carmelitas Descalzos, al producirse la desamortización de este en 1836. La portentosa obra construida en madera local dorada, consta de tres calles y ático. En la calle central se encontraba un templete con la Virgen del Pilar, este sustituye a la antigua imagen de San Elías, titular del convento de donde procede la obra. En calles laterales aparecían sobre ménsulas santos carmelitas como San Alberto y posiblemente San Juan de la Cruz. El ático estaba formado por una concha o venera que ocupaba todo el intradós del arco formado ya por la bóveda, presidido por una imagen de San Miguel. Se desconoce el aspecto del altar mayor antes de 1836, es de suponer que sería algo mucho más modesto, de lo contrario no su hubiera adquirido a los carmelitas el suyo.

La capilla del Milagro, ocupa el lugar de la habitación de Pellicer donde transcurrió el milagro. Tenía un retablo colocado en 1886, dorado, costo 4.730 pesetas de la época. La capilla estaba cerrada con verja de hierro, dado por un decreto de 1682 dado por el arzobispo Diego Castrillo solo podían entrar este espacio personas consagradas.

Otros doce altares, ornaban el templo: el del Santo Cristo procedente del convento de los Capuchinos, que en el último siglo estaba al cuidado de la familia Buñuel. El de la Purísima, también capuchino, a cargo de la familia Mombiela. El de San José adquirido a los carmelitas como el principal. Otro dedicado a San Leandro, cuidado por la familia Gasque. Un quinto dedicado a San Valero y otro de San Pascual Bailón. Un séptimo advocado a la Santísima Trinidad donado por un devoto anónimo y cuidado de Francisca Mayo. El de San Francisco de Paula, otro de Santiago el Mayor. Un décimo dedicado a San Joaquín construido en 1742 y otro de San Juan Evangelista. El de San Antonio de Padua, fue encargo de la familia Cascajares, los cuales se enterraban en la cripta inferior al mismo. El Cardenal Cascajares, destacado hijo de la villa de Calanda, fue aquí enterrado por pertenecer a esta familia. Finalmente, y junto a este último había bajo un dosel una imagen de Cristo crucificado y algunos cuadros.

Contaba con órgano, el primero fue destruido en un incendio y el segundo se adquirió al convento de los Mínimos de la Fresneda. La sillería del coro alto procedía del convento de Cuevas de Cañart, así como la magnífica lámpara de araña que colgaba sobre el altar.

La virgen contaba en su ajuar con más de 30 mantos a principios de siglo XX, lo cual es un dato significativo para la época. Contaba también el templo con cuatro cálices de plata, varios juegos de ornamentos de altar también de plata, y un relicario del Lignum Crucis.

Este extenso patrimonio para un templo de la España rural fue completamente destruido durante la Guerra Civil. Tras la contienda los calandinos emprendieron la tarea de restaurar el templo. El altar mayor fue sustituido por una réplica de la Santa Capilla de Zaragoza, algunos altares fueron colocados de nuevo sustituyendo a los anteriores. Estos repetían las advocaciones perdidas, como el Santo Cristo, San José, Santiago y otros. La capilla del milagro fue ornada por un retablo pintado de los hermanos Albareda de reciente factura.

La sencilla decoración pictórica, es la anterior a 1936, aunque de escaso valor artístico. Se trata de una serie de pinturas dentro de molduras doradas que relatan los episodios del milagro. Las cuatro pechinas que sostienen la cúpula están ornadas con imágenes de mujeres heroicas del Antiguo Testamento, simbolizando la prefiguración de todas las virtudes que después concentrará María según la concepción cristiana. Son Judith, Ester, Ruth y Yael . En la parte superior de la bóveda hay representados unos ángeles que sostienen una filacteria con la locución latina “Ecce locus signatus & honori deiparae deputatus” que significan: este es el lugar que Dios designó para su Madre.

Este templo fue vector de un desarrollo considerable a su alrededor. En 1667 se funda un convento de carmelitas descalzas en un edifico anexo patrocinado por Dña. Sabina Maura. Estas monjas estaban al cargo del cuidado y cultos de la Virgen. La fundación por causas poco claras no duró mucho en la villa. Siglos después este solar fue ocupado por el sindicato de Riegos y actualmente por la Casa Parroquial.

Otra transformación fue la urbanística, como la acometida en 1657, cuando para dar empaque a la primitiva capilla se construye la primera escalinata y se despeja el terreno derribando varios corrales para perfilar una plaza, precedente de la actual.

El interior que podemos observar en la actualidad está dividido en varios espacios bien diferenciados:
En la planta baja se ubica la tienda-oficina de turismo y la sala de exposiciones temporales. Además la entrada principal del edificio ha pasado desde la calle Mayor al jardín (antiguo patio trasero) que da a las calles Santa Ana y Hospital. En el jardín se ubica el busto a Buñuel del escultor aragonés Iñaki Rodríguez.
En la planta primera se distribuyen los distintos espacios que componen la exposición permanente sobre Buñuel: biografía, álbum sobre su vida, sala del subrealismo, filmografía y sala de proyecciones.
La planta segunda acoge el salón de actos, la mediateca y espacios para administración, igual que el espacio bajo al cubierta. Es decir, que la distribución actual se ha adaptado a su uso como museo y centro cultural.

Temple du Pilar

Année 1640, vingt neuvième jour du mois de Mars, sachez braves gens…” ainsi commence la chanson qui relate le miracle de Calanda, événement clé qui promouvra la construction du temple. A cette date a lieu un fait qui révolutionne la vie religieuse et sociale de Calanda, Miguel Pellicer jeune habitant de Calanda voit, suite à l’intervention de la Vierge du Pilar, sa jambe droite amputée deux ans auparavant restituée. Le procès ecclésiastique qui en déroule reconnaît la validité du miracle, les habitants de Calanda construisent, en souvenir de cet événement, une petite chapelle juxtaposée à la maison de la famille Pellicer. La construction du temple commence en 1668 et acquiert son aspect actuel et définitif en 1740.

Cette construction de style baroque de trois nefs intègre une réplique de la Sainte chapelle de notre dame du Pilar de Saragosse dans laquelle se trouve une représentation de la patronne de Calanda.

Temple of the Pilar

Autoría: Victoria Medina Ibáñez

“29th of March, year sixteen forty may you know” it is how the copla about the Miracle of Calanda  starts. This was the key event with which the story of this building begins. On that date, an event  which transformed the religious and social life in Calanda took place. Miguel Pellicer, a young  man from Calanda whose leg had been amputated two years and five months before, saw it  restored through the intervention of the Virgin of the Pilar. Once the miracle was declared after  the necessary court proceedings, a little chapel was built next to the Pellicer family´s home. A  while after, in 1668 the works for the current temple started and in 1740 it got completed. This  baroque building has three naves and a rectangular chancel. It features a replica of the Holy  Chapel of the Pilar temple in Zaragoza to give shelter to the Virgin, who would since then become  the patron of the town. 

(…) This wonder was of a major importance. The actual King Felipe IV fell to his knees to kiss Pellicer’s  leg in front of the court in the Royal Alcazar of Madrid (Real Alcázar de Madrid).

Bibliografía y fuentes documentales:

  • DIBUJO 1: Amadeu Andrés García (GREC)
  • DIBUJO 2: Miguel Pérez Timoneda (GREC)
  • PLANTA 1: Lorenzo Gasca Castán,
  • TEXTO: Daniel Aguilar Sanz

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