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Matrimonio en la cárcel de Zaragoza

De orden del señor D. Astorquiza provisor y vicario general dela ciudad y arzobispado de Zaragoza, dattis en dicha ciudad en cinco de agosto de 1750 por ante Miguel Ausejo notario ,en que se mandaba al vicario o regente la cura de la Santa Iglesia metropolitana de nª Señora de el Pilar, casara por palabras de presente en la capilla o oratorio de las cárceles reales, donde se hallaba preso, a Thomas Echecopar mancebo hijo de Pedro y de Joanna Regina , natural de Athérey, diócesis de Olorón en Francia, y a Miguela La Espina mujer moza, hija de Vicente y de Margarita Lasmarías, natural de Calanda. en el mismo despachose certifica lo siguiente: Certifico el infraescrito regente de la cura de el Stº metropolitano templo de Nª Señora del Pilar, que en día seis de agosto de el año 1750, desposé a los arriba expresados en la capilla y oratorio de las cárceles reales de esta ciudad de Zaragoza, siendo a ello testigos Alberto Momberte y Mathias Bernabé residentes de dicha ciudad, y por la verdad hice el presente en Zaragoza y dho dia seis de agosto de 1750. Licenciado Joseph López regente del pilar.

Aviéndoseme entregado el despacho y certificad, lo vacié como en el se me ordenaba y, en 19 de abril de 1751, vele y bendije en esta parroquial a los dichos desposados guardando el rito y forma de la Santa iglesia.

APC.M2 f.13

Agosto de 1750. Zaragoza

En agosto de 1750, Miguela La Espina Lasmarías, moza calandina, cruza las puertas de la ciudad de Zaragoza con la intención de contraer matrimonio con su prometido.

La celebración tiene lugar en un ambiente particular, efectivamente el templo elegido es el oratorio de las cárceles reales, residencía forzada de su prometido Tomás Echecopar. Para poder llevar a cabo el enlace la pareja ha tenido que recurrir al notario Miguel Ausejo quien tras entablar negociaciones por la administración eclesiástica , consigue que Joseph López regente de la cura del Nuestra Señora del Pilar sea encargado desposar ante Dios a la joven pareja.

El matrimonio presenta una particularidad: ambas familias son de origen francés. En efecto Thomas Echecopar es bearnés, natural de la aldea de Autherey en la provincia de la Soule conectado a Navarra a través del valle de Isaba.

Miguela La Espina, o mejor dicho Lépine, es hija de Vincent Lépine, un francés natural de Cassagne en la provincia de Cominges, residente en Calanda desde 1716 fecha en la cual funda una familia junto a Margarita Lasmarías madre de Miguela.

 

Desconocemos los motivos que llevaron a Tomás a ser encarcelado ( tráfico de mercancías prohibidas posiblemente ) pero existe la certeza que fue liberado con anterioridad a Marzo de 1751. Al abandonar la prisión Tomás regresa a Calanda junto a Miguela. Ahí, en la iglesia de la Esperanza, mosén Ignacio Calvete, el vicario, el matrimonio vela y bendice a la pareja en nombre de la Santa Iglesia romana, sellando formalmente la unión.

La familia Echecopar La Espina se instala en la plaza Mayor donde abren una botiga, y consiguen con el paso del tiempo gozar de cierta solvencia económica que les permite en 1765 disponer de dos criados a su servicio, y ampliar su patrimonio. así en el año 1770, el notario de Calanda levanta acta de la adquisición de un corral en la cuesta del Pilar, de un bancal de tierra en le Huerta Baja y de un campo de un jornal.

En referencia a su descendencia sabemos que Tomás y Miguela tuvieron tres hijos Miguel (1756), Francisco (1767) y Tomás (1768) que fallecieron durante su infancia.

Como dato curioso, con el paso del tiempo a Tomás se le conocerá en Calanda, no como Echecopar, sino como Tomás Regina, prefiriendo el apellido de la madre al del progenitor. En el registro de bautismos, y en el libro de comunión, a los miembros de la familia Echecopar se les conoce como los Regina.

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