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El apellido Manero lo han ostentado muchas personas en Calanda, a lo largo de varias generaciones que se remontan a finales del siglo XVI. Sus orígenes se nutrieron en buena parte, de la llegada de distintos pobladores de villas más o menos cercanas, como Castelserás, La Codoñera, La Ginebrosa o Aguaviva, como consecuencia del flujo migratorio ocurrido en aquella época. Asimismo y algo más tarde, ya entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, llegaron a Calanda, algunas familias proceden de lugares un poco más alejados como los oscenses núcleos de Nueno o Santolaria (Santa Eulalia la Mayor), que también aportaron raíces del mismo apellido a nuestra población.

Como curiosidad, cabe señalar en sentido contrario, a finales del siglo XVIII, a una familia de Calanda apellidada Manero, que se desplazó, quizá motivada por su labor artesanal como alfareros, hasta el pueblo de Sarsamarcuello, también en la provincia de Huesca. Allá nacieron algunos de sus hijos, aunque años más tarde regresaron al lugar de sus orígenes.

El documento más antiguo que hemos encontrado en los archivos consultados es el Acta Matrimonial de José Manero e Isabel Vicente Sanz, fechada el 1 de diciembre de 1691. En la misma, dice que José Manero, era viudo de Teresa Lázaro y a partir de estos primeros datos, hemos ido desarrollando el árbol genealógico de sus descendientes. 

El apellido Manero lo han ostentado muchas personas en Calanda, a lo largo de varias generaciones que se remontan a finales del siglo XVI. Sus orígenes se nutrieron en buena parte, de la llegada de distintos pobladores de villas más o menos cercanas, como Castelserás, La Codoñera, La Ginebrosa o Aguaviva, como consecuencia del flujo migratorio ocurrido en aquella época. Asimismo y algo más tarde, ya entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, llegaron a Calanda, algunas familias proceden de lugares un poco más alejados como los oscenses núcleos de Nueno o Santolaria (Santa Eulalia la Mayor), que también aportaron raíces del mismo apellido a nuestra población.

Como curiosidad, cabe señalar en sentido contrario, a finales del siglo XVIII, a una familia de Calanda apellidada Manero, que se desplazó, quizá motivada por su labor artesanal como alfareros, hasta el pueblo de Sarsamarcuello, también en la provincia de Huesca. Allá nacieron algunos de sus hijos, aunque años más tarde regresaron al lugar de sus orígenes.

SIGLO XVII

El documento más antiguo que hemos encontrado en los archivos consultados es el Acta Matrimonial de José Manero e Isabel Vicente Sanz, fechada el 1 de diciembre de 1691. En la misma, dice que José Manero, era viudo de Teresa Lázaro y a partir de estos primeros datos, hemos ido desarrollando el árbol genealógico de sus descendientes. 

De su primer matrimonio, hemos localizado a un hijo varón, José Manero Lázaro, que tras contraer matrimonio en 1716, con Clara Omedes Palos, inició una saga que, tras siete generaciones, siempre manteniendo el apellido Manero, desembocó en los inicios del siglo XX, con los Manero Montañés. Por su parte, y fruto del segundo matrimonio encontrado, hemos podido identificar a sus cinco hijos, (algunos de ellos nacidos en la población de Torrente, a la que quizá se trasladó temporalmente la familia), de los que el único varón, Francisco Manero Vicente, casado en 1730 con María Grao Alcañiz, inició otra línea genealógica que, también en los inicios del mismo siglo XX, dio origen a las familias Manero Grao (curiosamente se repite el apellido de sus antepasados), Manero Brumos y Manero Sancho.

Sin duda, existen otras sagas con el apellido Manero, con orígenes distintos, pero la reflejada en este artículo, parece ser la más prolífica y en la que quedan incluidas el mayor número de descendientes que ostentan el apellido en estudio.

En el Censo Electoral de 1897, en la villa de Calanda, encontramos a los hermanos Miguel, Silvestre y Francisco Manero Salas, como residentes en el barrio de las Cantarerías y con la profesión de alfareros. Asimismo, un primo suyo, Justo Manero Sauras, figura con la misma profesión, lo que nos obliga a deducir que todos ellos continuaron con la tradición artesana, tan reconocida en nuestra villa, heredada de sus padres y abuelos, los Manero Ceperuelo y los Manero Pérez.

En el Censo Electoral de 1897, en la villa de Calanda, encontramos a los hermanos Miguel, Silvestre y Francisco Manero Salas, como residentes en el barrio de las Cantarerías y con la profesión de alfareros. Asimismo, un primo suyo, Justo Manero Sauras, figura con la misma profesión, lo que nos obliga a deducir que todos ellos continuaron con la tradición artesana, tan reconocida en nuestra villa, heredada de sus padres y abuelos, los Manero Ceperuelo y los Manero Pérez.

Sin duda, existen otras sagas con el apellido Manero, con orígenes distintos, pero la reflejada en este artículo, parece ser la más prolífica y en la que quedan incluidas el mayor número de descendientes que ostentan el apellido en estudio.

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