Batalla de Santa Bárbara (1833)
Linares de Butrón, Cristóbal. San Roque (Cádiz), 10.XI.1790.
Ingresó a los quince años como cadete en el batallón Ligero de Barbastro, interviniendo entre 1805 y 1807 en el bloqueo de la plaza de Gibraltar. Al término de la guerra se le concedió el empleo de 2.º teniente de Reales Guardias Walonas, prestando servicio en diversas plazas.
En 1824 se le concedieron los empleos de teniente y capitán de la Guardia Real, al tiempo que mantenía el de teniente coronel de Infantería. En el mes de agosto de 1825 intervino en la persecución y captura del general Bessières, por lo que se le concedió la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase.
En 1833 se le confió el mando de una columna volante, con la que actuó en Cataluña y Aragón. El 10 de diciembre, al mando de quinientos granaderos y veintisiete jinetes se enfrentó en Calanda (Teruel) a dos mil infantes y cien jinetes carlistas mandados por el barón de Hervés, a los que derrotó, valiéndole esta hazaña el ascenso a brigadier y la Cruz de San Fernando de 4.ª Clase, laureada.
Rafael Ram de Víu y Pueyo, barón de Hervés, II conde de Samitier, grande de España, Caballero de la Orden de Carlos III, (Alcañiz, Teruel, 1777 – Teruel, 12 de enero de 1834)
El 26 de abril de 1809, Rafael Ram de Víu fue comisionado por la Junta Central para organizar los recursos humanos y materiales de la zona de Morella, Alcañiz y Calatayud, y ponerlos a disposición del ejército nacional dirigido por el brigadier Joaquín Blake.
En 1821, durante el trienio liberal (1820-1823), , fue comisionado por las Juntas de Valencia y Morella para organizar el cordón sanitario en los puertos de Tortosa y cordilleras.
Durante la década absolutista (1823-1833), identificado con los ideales restaurados, fue nombrado gobernador militar y corregidor de Teruel, Durante ese periodo fraguó amistad con el Infante Carlos de Borbón.
Tras el fallecimiento del rey Fernando VII, Ram de Viu se subleva en Morella a favor de la causa del Infante don Carlos, El levantamiento fracasó cuando el 8 de diciembre el gobernador de Tortosa, brigadier Hore, tomó Morella para la causa isabelina.Ram de Víu y el grueso de su ejército —unos 1.200 hombres— huyeron al bajo Aragón, y establecieron el cuartel general en Calanda. Ram de Víu y toda su familia fueron hechos prisioneros en Mas de Bacanizas. Ram de Víu fue fusilado el 12 de enero de 1834;
TRANSCRIPCIÓN
El Vapor – 17 de diciembre de 1833
CAPITANÍA GENERAL DE ARAGÓN.
El coronel D. Cristóbal Linares de Butrón, primer comandante del segundo batallón de granaderos de la Guardia Real , me dice lo que sigue : «Columna móvil de la izquierda del bajo Aragón. – Escmo. Sr. — Encargado por Y. E. de perseguir y exterminar las partidas de revolucionarios que pudiesen internarse en este distrito y promover la sedición, no he descansado un momento hasta conseguir el fin deseado , en cumplimiento de las superiores disposiciones de V. E. En este concepto, habiendo tenido noticias en Monroyo de que los revolucionarios salidos de Morella en número de 1200 hombres, capitaneados por el Barón de Hervés. el Gobernador de aquel punto, Carnicer y demás cabecillas, se dirigían por Zurita y Aguaviva á internarse al corregimiento de Alcañiz, y posesionarse de esta ciudad, dispuse inmediatamente flanquear su movimiento por la derecha con el objeto de detener su marcha, dirigiéndome con la columna de mi mando compuesta de 350 infantes y 27 caballos, por Belmonte a Castelserás, punto intermedio entre el enemigo y aquella ciudad.
Al anochecer del día 9 se habían llenado mis miras, pues el enemigo ocupó á Calanda al tiempo que mi columna entraba en Castelserás; tomadas mis disposiciones determiné el ataque para la mañana de hoy , dirigiéndome por el camino que conduce á dicho punto antes de rayar el día si fuese posible sorprenderlos y cortarles la retirada : la segunda compañía del segundo batallón del tercer regimiento de granaderos de !a Guardia Real de infantería marchaba de vanguardia, llevando una guerrilla en cada una de sus alas para batir los olivares que se encuentran á derecha é izquierda del camino : en el momento que el enemigo descubrió nuestra guerrilla de la derecha dio el quién vive, al que contestaron nuestros soldados con un fuego vivo y sostenido, y atacando con decisión á la bayoneta hasta arrojarlo de la ermita de Santa. Bárbara, punto dominante y donde tenían- establecidas sus primeras avanzadas.
En el momento concentraron todas sus fuerzas detrás de unas cercas situadas entre la ermita y la entrada del pueblo, para detener la marcha de la columna : las escesivas fuerzas del enemigo con respecto á las nuestras y su formidable posición en la entrada del pueblo, hacían terrible el ataque; pero el valor heroico de nuestros soldados superó todos los obstáculos , y se dispuso aquel del modo siguiente : una compañía de la Guardia Real pasó á reforzar á la que de antemano, había tomado la ermita, dos compañías de la misma arma se colocaron al frente de las cercas que ocupaba el enemigo, y el resto de la columna compuesta de 200 Provinciales de Ciudad Real tomó su lugar á la izquierda en colima cerrada á la entrada del pueblo : inmediatamente rompió el enemigo sobre nuestra ala derecha un fuego horroroso durante una media hora; nuestros puestos contestaron vigorosamente sin alterar sus posiciones; mas la vista de algunos heridos excitó tal el ánimo de nuestras filas, que no pudiendo contenerse por mas tiempo, salvaron cuantos obstáculos se opusieron á su frente, y atacando al enemigo en sus posiciones á la bayoneta las cuatro compañías de la Guardia Real, lo arrojaron de los parapetos, poniéndolo en la mas vergonzosa fuga : los 200 hombres del Provincial de Ciudad Real cubrieron v sostuvieron el movimiento con un orden digno de elogiarse: seguidamente dispuse que los 27 caballos á las órdenes del Portaestandarte de Borbon D. Juan Caballero, atacase á los fugitivos, verificándolo con tal denuedo que causaron en sus filas un destrozo considerable.: los rebeldes, diseminados por todo el distrito que alcanzaba la vista, no se reunieron ya, y evitaron un segundo ataque que les preparaba por la derecha en la dirección de Foz-Calanda; y desesperanzado de atacarlos de nuevo, regresé con la columna por dicho punto a este sin haber tenido la satisfacción de dar con ellos otra “vez. El resultado de esta acción, ha sido la total dispersión de los restos de Morella, que errantes por las escabrosidades del terreno, abandonaban las armas para ponerse a salvo.
La pérdida del enemigo se calcula sobre 50 muertos, sin poder dar las noticias fijas sobre su número por no haber tenido tiempo de recoger los cadáveres: han caído en nuestro poder 18 prisioneros, alguno» heridos. Sin haberse podido coger más a causa de la desigualdad del terreno, la familia entera del barón de Hervés que iba en su compañía, compuesta de su señora, tres hijas y criados; y se han presentado á acogerse al indulto al teniente coronel don Vicente Cases, capitán de voluntarios realistas, y Juan Domenec.
Nos hemos apoderado de un gran número de fusiles, cartuchos, fornituras, ¿los útiles de gastadores, vestuarios, cajas y pertrechos de guerra, habiendo perdido casi todos sus equipajes, que en razón á ia precipitada fuga quedaron en este pueblo.
Por nuestra- parte estamos con el mayor dolor por la pérdida del capitán don Luis Gavaldón, un cabo y tres granaderos , que quedaron muertos en la acción, el teniente don José Surga y Cortés y cuatro granaderos heridos de bastante gravedad, y de los cuales dos han fallecido ya, dos mas de no tanto riesgo, todos de la Guardia Real. Los provinciales de Ciudad-Real no han tenido pérdida alguna. Con este motivo recomiendo á V. E. para que lo haga á S. M.la Reina Gobernadora a todos los individuos que componen la columna de mi mando, en la que los Sres. oficiales a porfía deseaban ocuparse en los puntos de mayor riesgo; pero muy particularmente al Teniente don José Surga y Cortés y Porta graduado de teniente don Juan Caballero; y que al mismo tiempo tenga á bien volver sus benéficos ojos para enjugar las lágrimas de la infeliz y desgraciada viuda del benemérito capitán Gavaldon y familias de los demás que han tenido la desgracia de sucumbir.
— Lo que pongo en noticia de V. E. para su conocimiento y satisfacción. — Dios guarde á Y. E. muchos años. Calanda 10 – de diciembre de 1833. —.