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Calanda es cristiana (1610)

CONTEXTO

Tras la expulsión de los moriscos, la nueva Calanda, la Calanda ex-novo, debe reconstruirse sobre nuevas bases, nuevas reglas. Doña Victoria Pimentel, viuda del conde de Sástago y señora de Calanda decide convocar a todos los habitantes para celebrar la renovación del acto de fidelidad a su persona. Es la ocasión para los calandinos de celebrar el festejo, de celebrar el empoderamiento definitivo de Calanda por los cristianos viejos.

El 13 de agosto 1610 los calandinos de forma ordenada suben al castillo. Ahí en la plaza de armas les espera doña Victoria de Pimentel, señora de Calanda, le acompañan el alcaide Quintanilla, el notario Fraello – quien fue comisario de la expulsión de los moriscos de Foz Calanda – y una escolta de treinta arcabuceros.

Los primeros en acudir son los hombre quienes, uno tras otro, besan la mano de su señora en señal de sumisión y vasallaje. A continuación desfilan las mujeres quienes a su vez juran fidelidad a doña Victoria Pimentel.

Posteriormente una comitiva compuesta por el alcaide QuintanillaJoan Luis Germaniel Justicia,, Jayme Sos Pedro Morales, Bartholome Felez Pedro Moreno, Martin de Jaca, Melchor de León, Domingo Secanella, Joan de Ribera, y gran parte del pueblo, abandona el castillo y dirige a las puertas de la villa.

Archivo:Escudo de Sástago.svg - Wikipedia, la enciclopedia libre

Encabezan la comitiva treinta arcabuceros organizados en dos filas, algunos de ellos a caballo en forma de acompañamiento y en último lugar el alcayde de la dicha villa con el escudo de armas en la mano, a su derecha el Justicia, a su izquierda el Doctor micer Lombarte domiciliado en Rafales; estando a todo presente desde una ventana doña Victoria de Pimentel.

Llegados al portal del castillo se disparan salvas en señal del inicio de los festejos. Las festividades acaban de comenzar, los vecinos y autoridades, acompañados con mucha música de menestriles, toman las espaldas del castillo y salen a la calle mayor y plaza hasta llegar al portal de Valencia. Una vez alcanzado el portal el Alcaide y el Justicia mandan fijar y asentar sobre el portal en un tablado el escudo de armas de la casa de Sástago, disparándose de nuevo una salva. Acto seguido los vecinos desfilan ante Quintanilla y Germaniel quitándose el sombrero en señal de cortesía al escudo de su señora

De vuelta al castillo donde aguardaba doña Victoria de Pimentel, en la sala mayor el Justicia y sus acompañantes le dieron el para bien y gracias a su señora, haciendo muestras  de contento y rogando por sus largos días.

Calanda inicia una nueva era. La integración de pobladores venidos de los pueblos circunvecinos, el reparto de las tierras abandonadas por los moriscos no tardarán a ser motivos de conflictos.

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