Sabida es la predilección de muchos surrealistas por animales más o menos raros, poco conocidos, o asociables a situaciones extrañas u horripilantes. Algunos insectos, varios arácnidos, infrecuentes reptiles aparecen en óleos, filmes, poemas surrealistas. Unos ejemplos: las tarántulas, ciertas hormigas, los plegamanos o mantis, las tortugas más exóticas, las iguanas o los caimanes limusina que García Lorca hace circular por las avenidas de Nueva York.

Y ríanse ustedes de la invasión de peligrosas aves, en “Los Pájaros”, de Alfred HITCHCOCK: Tenían que haber sido unos córvidos, unos grajos ingobernables…, que hubo que sustituir por casi inofensivas (aunque peligrosas por su acumulación y graznidos) gaviotas, como las de Salou o Segur de Calafell.

Los de Don Luis eran raros insectos, extraídos de sus temporales estudios de Entomología, de los libros de científico Jean Henri FABRE o del laboratorio madrileño de D. Ignacio Bolívar, con el que colaboró Buñuel un par de años. Fruto de sus particulares gustos, de sus no pequeños conocimientos científicos son, entre otros:

• las mariposas llamadas “de la calavera” por sus dibujos dorsales,
• las hormigas que surgen, volcánicamente, de una herida en la palma de una mano,
• los tábanos, moscas y abejas  -ávidos devoradores hasta de un gamo herido o de un pobre asno, allá por Las Hurdes-, en el expresionista o goyesco documental, que llegó a ser prohibido por los ministerios de la 2ª República, dada la crudeza de algunas imágenes de animales mutuamente hostiles. 

Pero hoy quiero fijarme en otro divertido y curioso aspecto, relacionado con lo anterior. Y es que resulta que, en la madrileña Residencia de Estudiantes, allá en la popularmente conocida como “Colina de los Chopos”, no solo estudiaban y convivían artistas del verso, del óleo o de la representación teatral. Había creatividad a raudales, conferencias de físicos, de biólogos o de filósofos… El propio Einstein aterrizó por allí. Juan Ramón, con su premio Nobel en el bolsillo; el aragonés Andrés Bello; el jovencísimo Miguel Hernández, la pintora Maruja Mallo. En fin: una constelación de números uno. Sin olvidar que nuestro Buñuel desempeñó, entre otras cosas, papeles y dirección de obras clásicas de teatro, surrealistas poemas y narraciones (como aquella que tituló 

“El ciego de las tortugas”), pesadas  bromas en las calles y plazas madrileñas, prácticas de boxeo y de alimentación naturista, fotografía, interminables diálogos y tertulias con Salvador Dalí y con Federico Gª Lorca.

¿Hacia dónde nos querrá llevar, de su sarmentosa mano, este neurótico Buj, el tercer nieto del calandino “Abuelo Vallés, alias El Blanquiador (sic) Manco del Humilladero” ?  Muy sencillo: Hasta la calle de Beetoven, número 2  de Granada, en su típico y populoso Barrio del Zaidín (hermanado, por cierto, con el homónimo pueblo oscense, entre Fraga y Ballobar, río Cinca arriba).

Pues bien, resulta que un amigo de los componentes de la Generación del 27, Manuel López Banús, era orgulloso propietario de una preciada colección de mariposas y de algunos arácnidos. Por laberintos de la vida, por intersecciones entre las rutas de varias biografías, pasó esa colección a manos del Inspector de Enseñanzas Medias, Sr. Linares (¿sobrino de Banús?). Cuando ese inspector es destinado a Granada, tiene el hermoso y generoso detalle de regalar su MARIPOSARIO al Instituto de Educación Secundaria “ALHAMBRA”, en el mencionado Barrio del Zaidín.

  Piezas singulares de tal mariposario son, por ejemplo, La mariposa de la calavera, que tanto gustaba a don Luis y que varias veces utilizó en sus filmes. Otra nota curiosa: El insecto en forma de hoja seca de árbol fue usado por otro director en los planos iniciales de El silencio de los corderos.- Bien, amigos lectores: Ya sabéis dónde y cuándo podéis visitar, en algún viaje a la ciudad del Genil y del Darro, ese espléndido MARIPOSARIO. En el instituto Alhambra, en la calle Beethoven, 2, del Zaidín, barrio de Granada; de lunes a viernes. Entrada gratuita. Guía: Un profesor, experto en Ciencias Naturales y orgulloso de tener, entre los muros de su escuela secundaria, mariposas y arañas relacionadas con el cine de nuestro Luis Buñuel. Invitados quedáis.

(Mi gratitud al profesor decano, Don Javier González, por su generosa atención y por los valiosísimos datos aportados).