1600. MUJERES EN LAS CÁRCELES DE LA ALJAFERÍA
Contexto
La Santa Inquisición toma asiento en Aragón a inicios del siglo XVI, convirtiendo el palacio de la Aljafería en la sede permanente de su tribunal. La subida al trono de Felipe II en 1558 supone un cambio de rumbo en la política religiosa de la monarquía hispánica. Felipe II, paladín del catolicismo, impulsa una política represiva frente a, la herejía. Protestantes de origen francés y nuevos convertidos llenan las cárceles del palacio a la espera de ser procesados. El celo con el cual la Santa Inquisición se emplea a perseguir a los moriscos desemboca en un grave problema organizativo, la imposibilidad de acoger a todos los reos en la prisión. El cadalso, y las galeras son castigos reservados a los hombres, para las mujeres el castigo suele ser la cárcel bajo la forma de una residencia forzosa en la ciudad de Zaragoza, prohibiendoles volver a sus pueblos o asentarse en una población de moriscos.
Los hechos
El 12 de mayo de 1600, una carta es entregada en el tribunal del Santo oficio, una petición, presentada por tres mujeres de Calanda: Blanca Samperuelo, Esperanza Monferriz y María Oçen. Las tres argumentan que llevan más de 14 años teniendo a Zaragoza de por cárcel, que son viejas y sin recursos.
Efectivamente, las calandinas cumplen su pena en la capital, en casa de cristianos viejos; cristianos viejos encargados de velar por el buen comportamiento de las presas, y testificar que viven como cristianas reconciliadas en la fé en Cristo.
Una de las principales dificultades a las cuales se enfrentan Blanca, Esperanza y María es conseguir los recursos económicos para satisfacer su manutención y estancia. Parte de sus bienes fueron embargados, por la Inquisición, la poca hacienda que le quedaba se gastó hace ya muchos años. Las tres viven de la caridad, de algún trabajo ocasional y de la ayuda aportada por la comunidad morisca de Calanda. Los recursos de los familaires de Blanca y María son escasos, Esperanza ha perdido a marido e hijo pero se beneficia del hecho de estar emparentada con la poderosa familia de los Monferriz.
Blanca Samperuelo lleva veinte y cuatro años presa en Zaragoza y ha cumplido los sesenta años; fue denunciada en 1576 por unos cristianos viejos de Calanda que le acusaron de prácticas mahometanas, por ello fue “reconciliada con hábito y cárcel irreversible por toda su vida “. Esperanza Monferriz ingresó la Aljafería en 1583 , arrestada por el capitán Rosales, fue acusada junto a Juan y Alejandro su marido e hijo, de promover el asesinato del alcaide. Esperanza fue sometido a la cuestión pero evitó el tormento por estar impedida de un brazo; la sanción fue durísima : salió en el auto de fé, fue condenada a “ carcel por toda su vida ” y sobrevivió a los dozientos azotes que le dieron por las calles de Zaragoza. No tenemos información acerca de los motivos que llevaron a María Oçen a la cárcel pero si sabemos, María era de nación castellana. Los Oçen habían emigrado de Castilla a Calanda en torno a 1580 y por ello se les conocía por el apodo “Castilla”.
La petición de las presas fue remitida al Consejo de la Inquisición en la Corte de Madrid que contestó al Inquisidor zaragozano : “Que cumplan sus sentencias“. Las tres fallecieron en Zaragoza y no volverán a pisar Calanda.