LOS ÚLTIMOS PREPARATIVOS (7 AL 12 DE JULIO 1610)
Durante los 8,9, 10 y 11 de julio 1610 los moriscos emplean todas su energía en los preparativos a la inevitable salida de Calanda. Las mujeres se aferran en los obradores amasando panes, tortas, y pasteles. Los corrales se vacían de sus animales, las gallinas acaban en las ollas, reses y carneros son desollados en la carnicería de la familia Chicala. Todos los hornos de la villa, sean públicos o privados, están puestos a contribución funcionando día y noche, sacando hornada tras hornada. En los carros van amontonándose, fuentes, tinajas y calderos cargados con todos aquellos recursos alimenticios indispensables para afrontar el largo tránsito hacia el puerto de los Alfaques.
Los mercaderes se apresuran a recuperar los últimos empréstitos. Ante la dificultad de convocar a todo y cada uno de los deudores en espacio de tres días, muchos de ellos optan por vender a terceros las cantidades encomendadas. Andrés Miravete de Valdeagorfa se hace con los 1.500 sueldos que debían a Alexandre Peón, Antonio Martínez de Alcañiz pacta con Serafín Homadón la compra de una deuda de 3.300 sueldos, Juan Lario, que fue en tiempos Alcaide del castillo de Calanda, entrega 10.000 sueldos a Alexandre Manzoriel por la compra de una casa en Alcañiz y la cesión de varias deudas .
La solvencia, la riqueza, de los mercaderes calandinos se mide a través de la acumulación de doblones de oro y la ostentación de joyas y ornamentos propios a un estamento social superior. Ante la imposibilidad de llevarse consigo arcas cargadas de ropajes y joyas, las familias deciden disimular, anillos, pulseras, y collares, en el interior de las provisiones prevista para el viajes. [1]
El Consejo de Calanda, órgano rector de la villa, decide a su vez cancelar los tratos contraídos con las las autoridades regias y, en particular, la comanda concedida a don Luys Abarca de Bolea, noble aristócrata, miembro de la cámara del rey. En 1608, el Consejo había entregado a don Luys Abarca de Bolea, 12.000 libras (120.000 sueldos) a cambio de exonerar la villa del pago de diversas cargas. Joan Chicala, procurador del Consejo, ordena al notario Fraello barrear la comanda. El acto es anulado, el Consejo renuncia a cobrar la elevadísima suma concedida a Luys Abarca y priva de tal manera a los futuros habitantes de Calanda a usar del beneficio del privilegio.
Notas:
[1] El recuerdo de la expulsión pervive en la actualidad entre los descendientes de los moriscos de la ciudad de Solimán en Túnez. El día del Aïd se confeccionan panecillos en los cuales se esconden monedas, anillos… etc.
- Lomas Cortés, Manuel. La expulsión de los moriscos del reino de Aragón. Centro de Estudio Mudéjares (2008)
- Fernández Terricabras, Ignasi. Els moriscs catalans. La tràgica dissort d’una minoria.
- AHMA. Protocolos notariales
- APC . Libros de difuntos, matrimonios y bautismos
- Sihem Missaoui Debbabi. Quelques réflexions sur l’histoire des pratiques alimentaires en Tunisie.