El yacimiento se localiza en la cima y ladera oriental de un cerro en la margen izquierda de la Val de Mas Blanco. En los márgenes del cerro existieron balmas que fueron ocupadas antes de su desplome, en época prehistórica. Asentamiento temporal o simple taller lítico, sobre la cima e inmediatamente se recogen restos líticos de talla: lascas, núcleos, fragmentos de lámina.. Destaca el hallazgo de una pieza fracturada con retoque cubriente, posiblemente una punta de flecha.
Introducción
El Bajo Aragón constituye una de las áreas más significativas para el estudio del Epipaleolítico en la península ibérica oriental. La riqueza y variedad de abrigos rocosos con registro arqueológico hacen de este territorio un espacio clave para comprender la transición desde las últimas sociedades cazadoras-recolectoras hacia formas de vida agropecuarias. Esta síntesis aborda los principales hallazgos, líneas interpretativas y problemáticas asociadas al estudio de los abrigos epipaleolíticos del Bajo Aragón, poniendo especial énfasis en la evolución tecnológica, el uso del territorio y el proceso de neolitización.
El Epipaleolítico aragonés, y en particular el del Bajo Aragón, abarca un amplio espectro cronológico que se sitúa aproximadamente entre el 10.000 y el 6.000 a.C. (Royo Guillén, 1997). Se trata de una etapa posterior al Magdaleniense, caracterizada por un progresivo cambio en la economía y en las estrategias de explotación del medio, bajo un contexto climático de transición entre el Pleistoceno final y el Holoceno inicial. Este período se identifica por una clara evolución en la industria lítica, con una progresiva microlitización, el desarrollo de piezas geométricas y la aparición de nuevas formas de asentamiento.
Entre los yacimientos más relevantes del Bajo Aragón destacan los abrigos de Costalena, Pontet, Plano del Pulido y Botiquería, ubicados en zonas de barrancos o proximidades de cursos de agua. Estas localizaciones, estratégicamente seleccionadas, responden a criterios tanto ecológicos como logísticos, favoreciendo la movilidad estacional y el acceso a recursos clave.
Los estudios sobre estos yacimientos han revelado la existencia de niveles epipaleolíticos con una amplia gama de útiles macrolíticos: raederas, denticulados y raspadores, así como láminas retocadas. La funcionalidad de estos abrigos parece estar relacionada tanto con la ocupación estacional como con la producción lítica, lo que sugiere una economía aún centrada en la caza y la recolección.
Uno de los rasgos más distintivos del Epipaleolítico bajoaragonés es la evolución en las técnicas de talla y en la tipología lítica. El paso de industrias macrolíticas a formas microlíticas y geométricas (triángulos, segmentos, trapecios) refleja un proceso de especialización funcional y adaptación a nuevas presas o estrategias de subsistencia. Esta microlitización puede interpretarse tanto como una respuesta tecnológica al cambio ambiental como un signo de complejización cultural.
Una de las grandes cuestiones abiertas en la investigación epipaleolítica es el papel del Bajo Aragón en la neolitización peninsular. Autores como Juan Francisco Gibaja o Manuel Rojo han planteado la posibilidad de que esta región actuara como zona de contacto entre grupos epipaleolíticos y comunidades neolíticas, especialmente en la llamada “fase C” del Epipaleolítico reciente.
Algunos yacimientos presentan indicios interpretables como huellas de contacto: presencia de cerámica a mano, molinos barquiformes y estructuras de combustión elaboradas. Esto sugiere un modelo de transición no abrupto, sino paulatino, en el que los grupos cazadores-recolectores habrían ido incorporando tecnologías e ideas neolíticas de forma progresiva.
El valor de los abrigos epipaleolíticos no es únicamente funcional. En algunos casos, como los conjuntos rupestres de Ladruñán (Castellote), se ha detectado la coexistencia de ocupaciones epipaleolíticas con manifestaciones de arte levantino, lo que permite reflexionar sobre la dimensión simbólica de estos espacios. Aunque muchas representaciones se adscriben a momentos posteriores, no puede descartarse la existencia de una continuidad o superposición de significados vinculados a estos abrigos.
El paisaje, por tanto, no solo fue vivido, sino también representado y simbolizado, constituyendo un elemento clave en la configuración de la identidad de estas comunidades.
A pesar del creciente interés por el Epipaleolítico del Bajo Aragón, persisten importantes lagunas. Muchas excavaciones antiguas carecen de metodologías estratigráficas rigurosas y los registros de materiales son a menudo fragmentarios. La revisión de colecciones antiguas, el empleo de técnicas como el análisis de microresiduos, el modelado geoarqueológico o las dataciones por AMS están permitiendo revaluar cronologías y dinámicas de ocupación.
La comparación con otras regiones mediterráneas muestra que el Bajo Aragón no fue un territorio marginal, sino un espacio dinámico y con una notable capacidad de adaptación e innovación, abierto a las influencias culturales del entorno.
El estudio de los abrigos epipaleolíticos del Bajo Aragón constituye una línea de investigación esencial para comprender la transición entre el Paleolítico y el Neolítico en el nordeste peninsular. A través del análisis de sus industrias, de las dinámicas de ocupación y del contexto simbólico de los asentamientos, se dibuja un panorama complejo, en el que tradición e innovación conviven durante varios milenios. Profundizar en estos estudios no solo nos permite reconstruir modos de vida antiguos, sino también interpretar las formas en que el ser humano se adaptó, transformó y simbolizó su entorno durante una de las épocas más decisivas de la Prehistoria.
Montes, R. (1997). El Epipaleolítico macrolítico en Aragón en el contexto del Mediterráneo occidental. Universidad de Zaragoza.
Domingo, I. (2006). Paleolítico y Epipaleolítico en Aragón: estado de la cuestión. Boletín del Instituto de Estudios Altoaragoneses, 95, 71–98.
Gibaja, J.F. (2010). La fase C del Epipaleolítico reciente: lugar de encuentro o línea divisoria. Veleia, 27, 163–190.
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La Comarca (2023). Lo singular de los abrigos rupestres de Ladruñán. Disponible en: www.lacomarca.net