Autoría : Lorenzo Gasca Castán
13 de febrero de 1650, el Justicia de Calanda acompañado de sus oficiales, se dirige a la cárcel de la Villa. Ahí, en un sombrío calabozo, aferrado de pies y manos, se encuentra Antón Antóli, un palermitano afincado en Calanda desde hace más de cinco años.
La presencia de un siciliano en Calanda puede que parezca un acontecimiento excepcional, pero tenemos que tener en cuenta que en dicha época Sicilia formaba parte de la Corona de Aragón y por lo tanto del reino de España. Los intercambios comerciales, así como el traslado de personas, formaban parte de la dinámica económica de la España de los Austrias.
¿Cómo llegó Antolín a Calanda? Podemos suponer que, tras cruzar el Mediterráneo y atracar en Barcelona o Valencia, anduvo buscando fortuna hasta afincarse en nuestra Villa. Otra posible hipótesis sería la que Antolín formase parte de uno de los Tercios que lucharon en España durante la Guerra de los Segadores que asoló Catalunya en 1642 y que, tras abandonar las Artes militares, buscase iniciar una nueva vida en Calanda.
Antón contrajo matrimonio el 28 de setiembre de 1646 con María Pellicero Bielsa que pertenecía a una antigua familia calandina. María viuda de Mathieu Benaton un albañil francés, aportó tres hijos al matrimonio y tuvo dos hijas con Antón : Phelipa e Isabelana.
Antón ha sido acusado de asesinato y condenado a muerte. En esa fría mañana de febrero, Antóli es traslado a la casa de la Villa y ahí en presencia de las autoridades del Consejo ajusticiado mediante la aplicación del garrote vil. A petición del Vicario su cuerpo fue llevado al campo santo donde se le dio Sepultura.
(Palermo S. XVII)
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