Antonio Ángel Royo Albesa

La iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza y San Miguel Arcángel está situada entre dos plazas la de España y la de la Hoya que fueron durante mucho tiempo el motor y corazón de la villa.
La plaza de España fué el segundo recreo , el patio de juegos con la de la Hoya y la de los Mártires (hoy San Miguel); en la Plaza de España estaba : el Ayuntamiento, la Iglesia, Casa Crespo; vivía el Castel, Lorenzo Sauras y “el cuartico la María”, una zapatería de las hermanas Aznar y encima vivió D. Manuel Eixarch (Médico que tenía RX en su casa), Casa Buñuel, casa Portolés en cuyos bajos hubo primero una tienda de F. Royo y luego el Banco Central, al otro lado de San Roque, Casa Parcet; y la Fonda de Ferrer. Cerraba casi la plaza la casa del rincón de Serred que apenas dejaba pasar un carro entre ella y el primer pilar de los porches y allí la casa del “torico y Masa” dónde hoy está el estanco, la que después sería carnicería de la “Federa” y ahora Trallero, el Casino (el de los ricos), debajo el bar La Habana, una tienda de Francisca Alegre (luego electrodomésticos Valls y por fin parte del Bar Moderno que ocupa la antigua casa de la “Vicentona” . Y, ya en la plaza, pero como en un lado, para no estorbar, una fuente “LA PIJONA” que no sobrevivió al trienio de la guerra.
En los porches, los chicos jugábamos con las chatas y los pones que al ser de cemento rodaban mejor, las esquinas de los pilares servían de impulsores de carpetas y carpetones y en el frontal del ayuntamiento, bajo el leon de correos, era sitio ideal para petacos y cartuchos. ¿y si llovía? entonces el centro de la plaza era nuestro y, aprovechando el agua que escurría de la calle San Roque, hacíamos PARADAS una especie de pequeños pantanos que llegaban por El Toril hasta la Hoya. Cuando se llenaba la primera parada un agujero con el dedo en el centro desaguaba el charco para alimentar el siguiente (puñetera falta que nos hacían los móviles).
En las fiestas del Pilar, el Cantón del Toril y la Plaza de la Hoya , con la casa de Mosén Vicente se llenaban de cañizos de feriantes “El Tio Abandonador” el “tío bueno“, “manco“, y los Pons con sus escopetas de tiro, caballitos, cadenas, las barcas y hasta autos de choque del Aznar de Caspe alegraron las fiestas.
La Hoya era también la plaza del mercadillo en los días de hacienda y en esa plaza se rompía la hora hasta que se derribó el Arco de Mosén Vicente. Pero ya llegaremos a esta plaza en otra PUERTA.
Volvamos a la PARROQUIA.
Si el Pilar es la fuente de devoción de los calandinos, es la iglesia parroquial, la que nos recibe como cristianos por el bautismo y la que nos despide a la hora de nuestro fallecimiento, allí recibimos la primera comunión, la confirmación y casi todos los matrimonios.
Aunque Calanda había sido conquistada por Alfonso I El Batallador allá por el 1119, luego se volvió a perder para ser definitivamente cristiana con Alfonso II El Casto en 1169 y aunque Ramón Berenguer IV dio su primera “carta puebla en 1157” había muy pocas familias cristianas en la población, por ello también su iglesia es pequeña, se reduce a lo que hoy conocemos el “Cuarto de los sordos y la calefacción” aunque tenía anejo un cementerio que ocuparía parte de la actual plaza de la Hoya. De hecho en 1276 parece ser que había gentes cristianas dentro de una gran mayoría musulmana, aunque aparece un Pedro Ximenez de Calanda premiado por Don Jaime I por su ayuda en la conquista de Valencia.
¿ Será este el que con el Duque de Híjar y Blasco de Alagón trajeron los tares árabes (tambores) a las tres poblaciones?
En 1462 el Señor de Calanda Pedro de Vacca reconstruye y agranda la iglesia que ocupará, además de la anterior, la capilla del sagrario y tal como la conocemos. Se puso la primera piedra el 23 de noviembre de 1643 y se bendijo el 27 de septiembre de 1651.
Esta es la descripción de la obra: “de estilo neoclásico, consta de tres naves con elevación de la central sobre las laterales, divididas por cuatro pilastras, que le proporcionan grandiosidad. Coronábase con un notable cimborrio (Cúpula) derruido tal vez en 1722″.
Por el fervor de los calandinos y a sus expensas se fueron colocando el altar mayor dorado y de tres cuerpos. En la hornacina central la virgen de la Esperanza, titular, y sobre ella el arcángel San Miguel (cotitular); en los laterales San Pedro y San Pablo y los Obispos San Leoncio y San Nicolás.
Sobre ellos en en el límite del cimborrio los cuatro evangelistas que quedaron sobre el techo de la nave central cuando la cúpula se vino abajo; son las cuatro fotos que mostramos y donde se ve que San Marcos se abrió en dos .
Parece ser que además de esa espléndida cúpula, el campanario y el baptisterio estaban en una torre separada de la iglesia y ubicada donde estaba Casa Crespo. aunque este término es producto de una tradición de mi familia y no tengo constancia documental.
Fotografías: Manuel Conesa Jarque (GREC).
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