Antonio Ángel Royo Albesa

Calanda, como todas las poblaciones tiene cientos de puertas, unas dentro de las casas y otras que hacen frontera o separación de nuestras viviendas con las vías públicas. De estas nos ocuparemos en las próximas fechas,
Detrás de muchas de esas puertas hay historias, anécdotas y vivencias que, sin dañar nuestra intimidad, hará que vayamos conociendo poco a poco la idiosincrasia de este nuestro pueblo de Milagros, personajes, productos y chascarrillos que a muchos nos traerán gratos recuerdos de la juventud y a otros que no lo han vivido os hará que entendáis mejor la vida de vuestros mayores.
Algunos personajes aparecerán con sus apodos, no lo entendáis como menosprecio, están dichos con el cariño y respeto de quien les conoció por ese mote o apodo y con ellos, les respetó y apreció. Por ejemplo, me llamo Antonio Angel Royo, pero para las gentes de mi pueblo soy : “el boti”,”el padre del boti“, “el Chato“, y por familia “El Pansas”. Quiero deciros con esto que no os sintáis ofendidos por ver a vuestros familiares nombrados con su mote, es un orgullo que una familia tenga a alguien que de nombre a toda la saga y perdure en el tiempo hasta después de después de la muerte de todos ellos y haya quien tras su desaparición les recuerde. Bueno después de este aviso , empecemos a estudiar las puertas de Calanda, esas puertas por las que pasamos todos los días y no les prestamos atención, Mirad cuantas cosas nos pueden contar, y eso que solo valdrán como mis vivencias, prácticamente de lo que yo me acuerdo y en algunos casos de lo que otros me contaron.
PUERTAS DEL AYUNTAMIENTO:
Se dice que el ayuntamiento es la casa de todos y así es civil y políticamente. Sus archivos guardan la historia de nuestras familias, donde vivimos, cuáles son nuestras propiedades, cuantos somos de familia, cuando nacimos y cuando morimos… todo queda registrado, así, un poco, nunca morimos porque guardan un retazo de nuestra vida y nuestra historia particular. Esta es, la puerta de entrada, todos absolutamente, todos los calandinos la hemos pisado una vez u otra, pero pasamos por ella sin escuchar las historia que nos quiere contar de cada uno de nosotros.

Mis primeros recuerdos: Un patio oscuro con unas escaleras casi lúgubres que subían empinadas a un primer piso carente de luz y alegría donde los empleados, separados por mamparas de cristal traslúcido, donde se abrían dos incómodas ventanillas por las que solicitar a los empleados cualquier documento preciso.
Antes de seguir hablemos del edificio. Es una construcción del siglo XVII asentada sobre el antiguo edificio del concejo, en el frontal y enmarcando la puerta unos adornos rococó con el escudo de la villa y en un lateral dos rosetones de gran tamaño que recuerdan a dos personajes ilustres de los años 1703 y 1724: Tomás Bernad, Oidor de la Audiencia de Zaragoza, lo que ahora es el tribunal Superior de Justicia de Aragón y Francisco Cascajares miembro Consejo Supremo de Castilla.
Puerta de entrada al Ayuntamiento.
De aquella siniestra y oscura oficina donde trabajaban unos sacrificados empleados a las órdenes del Secretario , por aquel entonces, D. Julián Bosque, yerno del Alcalde Constantino Peralta (ambos vivían en la esquina de la calle Santa Barbara) sentados, cabizbajos y adustos allí laboraban: Valeriano Valls (padre de José María) Emilio Magallón, José Magrazó, Mariano Mir (de la División Azul y cuyo cometido era hacer todos los recibos de la Casa: arbitrios de balcones, aceras, bajantes, aleros… era su especialidad) y Florencio Lahoz (el pregonero y una extraordinaria máquina sumadora, rápida y eficaz que nunca cometió un solo error en esas largas sumas. Por la calle andaban como empleados “el tio Sos”, “el Cagases” ( que no se por qué en Semana Santa todos los zagales le recordábamos cuando al reproducir el sonido del tambor de los romanos decíamos: “Soy putumtun, cagases”. Otros dos que recuerdo de aquella época son el “tio Niñorrica” y el “Tres de oros” que ejercía de campanero y jardinero y al que se le mató una hija en temprana edad. Nuestros serenos de entonces: El “tio Vidal” y el Piquer. Luego Mariano Palos “Santo Negro” y Antonio D. Soler “Pintas” cerrarían el ciclo de serenos de la localidad. ¿os acordáis? Enhiestos en esta puerta del Ayuntamiento y con potente voz…: “alabado sea dios—Por siempre sea alabado—las 11 y… Sereno” . Este podía cambiar según el tiempo: Sereno, Nublado, Lloviendo, Tormenta, lo que hacía es ese momento. Tras seis horas de rondas por todas las calles a las cinco de la mañana se volvía a cantar con igual ritual la despedida diaria.
Con la Llegada de un nuevo secretario, alegre y jovial . Julio Casas, (de Castellote), la Oficina cobró luz y alegría, desaparecieron las vitrinas y pudimos ver y contactar con los empleados, habían cesado por aquellos tiempos, el alcalde, el secretario, Valeriano y Emilio Magallon y, mucho antes ,josé Magrazo. Ahora era alcalde Serafín Espada (empleado de la harinera de Guallar y socio en la yesería Las Pedreras), y don Julio como secretario. Antes de llegar a la democracia fueron alcaldes tras los 19 años de Serafin: D. Francisco Negro Artigas y D. José Antonio Zárate y habían entrado como empleados D. Delfín Sánchez y D. Francisco Navarro (el chocolatero).
En 1975 muere el general Franco y llega la Democracia, es Ismael Conesa el primer alcalde con ese título y ya es secretario don Félix Gil, se empieza la reestructuración interna del edificio, desaparecen los pisos vivienda que había en beneficio del secretario, y se limpian y restauran la viejas puertas del palacio (se encarga Manuel Gasión Estopiñan “El Pinero”) tras las capas de pintura aparecen unas magníficas puertas entre las que destaca la de la alcaldía con “Calandrias” en taracea y aparecen otras labradas de las que acompañamos fotos para disfrute de todos.
Puerta de la Alcaldia.
Estamos ya en el mandato de D. Manuel Magallon, tras él, Mariano Trallero y Anton Borraz ambos del Partido Popular, despues de ellos Manuel Royo y José Ramón Ibáñez del PSOE y, en la actualidad, Alberto Herrero también del Partido Popular, cierra la historia de mis recuerdos del Ayuntamiento
Quedan muchas más cosas, como que antes había cárcel calabozo, que los plenos se hacían en el primer piso y ahora en la planta calle, que en el edificio se encontraban la Oficina de Correos, Telégrafos y la Biblioteca y durante muchísimos años las hermanas Contel y la María Royo nos atendieron solícitas en la oficina de teléfonos que también estaban en los bajos del ayuntamiento.
Mi gratitud y reconocimientos a todos los que de una forma u otra han hecho de nuestro pueblo un lugar más agradable de vivir.
Nota: los actuales empleados non son citados por ser de sobra conocidos y estar en activo en estos momentos.
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