La Odisea de un enfermo (1910)

24/08/2020
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Archivo Jorge Celma Carreras

Heraldo de Aragón – 24 de agosto 1910.

Hoy he tenido el gusto de saludar, completamente restablecido de la enfermedad sufrida, a un joven de esta localidad que fue protagonista de un suceso ocurrido hace pocos días coma y que por lo original del caso merece ser relatado.

Trátase de un joven de 20 años de edad sirviente del señor Crespo, quien encontrándose en casa gravemente enfermo del tifus y con una calentura de 40º, sufrió un acceso violento de delirio y aprovechando un momento en que su madre se separó de su lado, saltó de la cama y salió a la calle sin que fuera advertido por nadie . 

Eran las 3 de la madrugada. Todavía no había amanecido. El enfermo se plantó en 4 saltos en la carretera que conduce a Alcañiz y caminó todo lo aprisa que pudo para llegar a dicha población. Ya en Alcañiz su primera visita fue para las autoridades coma a quienes manifestó qué detuvieran por haber cometido un crimen en su pueblo. 

Relató seguidamente el enfermo la forma en que perpretó el suceso, dió el nombre de la víctima y contó lo sucedido con un lujo de detalles que las mismas autoridades creyeron oportuna su detención. 

Pero afortunadamente el enrredó quedo enteramente descifrado. En Alcañiz estaba accidentalmente un vecino de Calanda, quien conociendo el estado del joven previno a las autoridades y estas decretaron su libertad poniendo el hecho en conocimiento de su familia, que horas después recogió el enfermo cuyo estado Era ellaa desesperado. 

Hoy está bien del todo.  La desaparición del joven produjo gran revuelo en Calanda.

Las festividades de la Virgen y de San Roque han transcurrido en medio de la mayor animación, habiendo sido este año mayor por la presencia de gran número de familias de los pueblos comarcanos que vinieron para tomar parte en nuestras alegrías y regocijo. 

En el vecino pueblo de Ginebrosa ha dado luz con toda felicidad una robusta niña de la bella señora doña Pilar Ford esposa de nuestro buen amigo el rico propietario don Domingo Rebullida. Apadrinaron la recién nacida el doctor catedrático del Instituto de Jovellanos de Gijón don José de Latorre Rebullida, próximo pariente del matrimonio, que llegó de Peñarroya su pueblo natal coma donde veranea, y doña María Gascón, abuela materna. Mis más cordial enhorabuena a los venturosos padres. 

Hemos tenido el gusto de saludar estos días al acreditado industrial de esa plaza don Roberto Casañal y señora y con sus bellas sobrinas Isabel y Felicia, han venido a pasar unos días con los señores de Sancho izquierdo. Para pasar unas días en compañía de su hermano don Vicente ha llegado a esta el distinguido oficial que tan heroicamente se batió en línea el año pasado don Luis Allanegui Lusarreta. También se hallan entre nosotros los hermanos Ángel y María Peguero de esa capital. 

Segismundo Sauras.

La Odisea de un enfermo (1910) 1

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