Diario Distrito Universitario. 27 de febrero 1920
Calanda es una humilde villa de la provincia de Teruel, que hasta hace pocos años vivía, como casi todos los pequeños pueblos de España, un poquitín mejor que los aduares africanos. Mas, por su suerte, encontró un culto, honrado y enérgico que en poco tiempo puso orden en la administración municipal y elevó considerablemente el nivel moral de la afortunada villa, que hoy vive como cumple vivir á un pueblo civilizado en el siglo xx.

D. Luis González, que así se llama el alcalde de Calanda, ha tenido que vencer obstáculos sin cuento y luchar con los de casa y con los de fuera, sobre todo con los de casa, pero su recia voluntad triunfó
de todos, y los vecinos terminado por comprender que la vida es deber y que el nuevo régimen impuesto por la autoridad municipal, es más noble que el pretérito. Hoy, en Calanda, los niños no faltan a la escuela, ni arman pedreas los chicos, no barbarizan los mozos, no blasfeman los hombres, no andan sueltas las bestias… no falta nadie a la ley, ni a las reglas de convivencia social.
La vara de este alcalde puede decirse, con verdad, es símbolo de la rectitud, de la austeridad y de la justicia.
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