Autoría : Lorenzo Gasca Castán
El próximo 29 de marzo Calanda celebrará el “Milagro de Calanda”. La documentación acerca del modus vivendi de los calandinos en dicha época es escasa, reduciéndose a los libros del Archivo Parroquial y a unas pocas actas notariales. El proceso de digitalización de los archivos de la Diputación Provincial de Zaragoza ha sacado a relucir un hecho insólito que conmocionó en 1640 a la sociedad calandina, el proceso criminal que tuvo lugar en febrero de 1640 es decir unas pocas semanas antes del “ Milagro”.
El 11 de febrero de 1640, Pedro Gascón, notario de Zaragoza acude al Palacio de la Alfajería y solicita una audiencia con los inquisidores Blas Alexandre de Lez y Bartholomé Guijarro. El notario actua en nombre de Mosen Francisco Pastor, Beneficiado de la parroquial de Calanda y Notario del Santo oficio en la villa. Gascón entrega a los inquisidores un “Apellido criminal”, una denuncia, en contra de Mosen Jusepe Herrero, vicario de Calanda y de su hermano Jacinto Herrero, en el cual Mosen Francisco acusa a Mosen Jusepe de haberle insultado y a Jacinto Herrero de haberle amenazado públicamente.
Según Pastor, los hechos ocurrieron de la forma siguiente : el día 2 de febrero de 1640, día de la Purificación la virgen María, durante la celebración de la Misa conventual los miembros del Coro, entre los cuales se encontraban Mosen Francisco y el beneficiado Mosen Jayme Villanueva, fueron increpados de forma pública y vehemente por Mosen Jusepe lo cual causó un gran escándalo entre los asistentes.
A la salida de la misa Mosén Francisco aprovechando la presencia de Martin Corellano, Justicia, Miguel Escobedo y Martin Galindo, Jurados, pidió explicaciones al vicario acerca de su actuación. Mosen Jusepe montó inmediatamente en cólera y le insultó llamándole “Infame”.
El incidente fue a más en cuando Jacinto Herrero amenazó a Mosen Francisco. La rápida actuación del Justicia y de los Jurados que separaron a los sacerdotes y amenazaron a Jacinto de encarcelarle, impidió que la cosa fuera a más. Mosen Francisco acusó a los Herrero de ser unas personas altivas, soberbias y desasosegadas y amantes de riñas y pendencias. Un comportamiento poco ortodoxo para un vicario. Pastor también sacó a relucir un incidente ocurrido hacía un par de meses : durante la celebración de la liturgia, mientras Mosen Jusepe levantaba el Santísimo, viendo que un grupo de mujeres estaban hablando y no atendían a la ceremonia se dirigió a ellas en voz alta diciéndoles “¿ Porqué no calláis? ¡Qué no estáis en el horno !”, a continuación su hermano Jacinto las increpó llamándolas “desvergonzadas”.
Insultar en público un miembro de la inquisición, un Notario del Santo Oficio, no era cosa que los Inquisidores dejaron pasar por alto; decidieron enviar a Calanda a un comisario para que averiguase el tenor de la demanda: Mosen Pedro Carceller, presbítero de Quinto de Ebro.
(Continuará)
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