Heraldo de Aragón, 8 de diciembre 1916,
Archivo Jorge Celma Carreras

Hoy viernes festividad de la Purísima uno de esos días extraordinarios en la vida de estos Lugarejos.
el interés por presenciar la novillada benéfica era extraordinaria y por eso la concurrencia de forasteros fue escasa. por otro lado lo poco apacible del tiempo y la cementera en todo su auge, restaron ingreso en la taquilla. aún así hubo más de media entrada.
El día amaneció relativamente bien y así se mantuvo. a la hora fijada en los carteles ocupo el palco presidencial el señor alcalde don Daniel Lacueva al compás del pasodoble gallito, cruzado en el ruedo Nacional y su gente entre vitores y aclamaciones.
Un simpático muchacho y excelente jinete corrió la llave superviviente y fue muy aplaudido.
al toque de clarín aparece el primer novillo de Villa, bravissimo animal, que conservo la bravura hasta el último tercio. Nacional ratifica los juicios de la prensa; inteligente abrió el capote y quietos los pies, jugando los brazos maravillosamente lanceo por verónicas, navarras, gaoneras, faroles una verdadera exposición de las vistosas suertes.
Bien banderillado el novillo por Juan Aulló y Tino, pasa a la jurisdicción de Ricardo que, previo brindis de rúbrica, en los medios, solo ejecuta una emocionante faena, con compases de cabeza a rabo, naturales, molinetes afarolado, rodillazos, etcétera.
Enloquece al público suena la música y cuando el bicho junta las patas coloca Ricardo media rafaelina y el animal rueda instantáneamente a sus pies.
Justa recompensa el público levantado de su asiento pide para el matador las dos orejas, que justamente le fueron otorgadas.
En segundo lugar se jugó un becerro encolorado grande y de muchas estampa, pero resultó un tanto quedado y bronco.
No obstante Ricardo se lució lo mismo que con el primero, sacando a relucir lo mejor de su repertorio. Banderilló con las de lujo, haciendo verdaderas filigranas, llegando hasta la cara y levantando admirablemente los brazos, coloco tres pares dobles, al compás de la música.
Brinda al público, montera en mano, desde el centro de la plaza y en los mismos pitones desarrolla una superior faena, empapando y aguantando una atrocidad; sobresalieron estupendos naturales y otros con la muleta por la espalda que produjo una revolución en la concurrencia.
Entrando al volapié clásico, hundiendo todo el acero en el morrillo, una chispa contrario de tanto estrechars. A esto precede un buen pinchazo. Ricardo no pudo deshacerse de los entusiasmados que le pasearon en triunfo por el ruedo.
Tino trabajador y muy acertado, y Juan, hermano de Ricardo, lo mismo. En el primero cambio un par de las cortitas. El público loco de entusiasmo. absorbió por completo la atención en todas partes, el éxito de la fiesta por lo que felicito a los diestros y demás organizadores en nombre de la población de estas columnas del Heraldo.
Nacional fue aclamado en los casinos en la calle. Después de terminada la corrida y para corresponder al desinterés de nacional, el Círculo Mercantil industrial y agrícola preparó un baile de confianza en dónde se congregó lo más selecto de la buena sociedad calandina y dónde reinaron la alegría y buen humor.
Llenaron el salón muchas y muy lindas señoritas como también señoras distinguidas, cuyo nombre es suprimo por no incurrir en alguna omisión.
El presidente ilustrado médico don Pablo Gasque, improviso una linda poesía, obra en honor del torero, que fue muy celebrada.
Finalmente la simpática señorita Consuelo Magallón cantó con gran estilo la clásica Jota, acompañada al piano por don Eloy Crespo. las coplas cantadas eran dedicadas a Nacional y se aplaudieron mucho.
Segismundo Sauras.
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