Archivo Jorge Celma Carreras

CALANDA, 4 de marzo de 1897 (Heraldo de Aragón)
No puedo pasar en silencio las noticias que publica el Heraldo tomando de el “CORREO” y otros periódicos de Madrid sobre trabajos Carlistas en esta villa y la de haberse repartido dinero en la plaza.
Nada de esto es cierto.
Aquí no ha habido nada mas que la estancia del Niño Ramón Mujia, que desde hace meses viene dedicándose a la propaganda carlista en el Bajo Aragon, después de haberlo hecho en Cataluña y Valencia.
El Niño Apostol habló dos o tres veces en la plaza del Pilar, y una o dos en el circulo tradicionalista.
Rifó entre los oyentes libros religiosos de propaganda, y novelas como el Quijote, con Io que recogio unos fondos en vez de repartirlos .
Esto es todo Io que ha pasado.
Todo Io demas son infundios e inexactitudes . En Calanda el vecindario es muy honrado y trabajador, solo piensa en dedicarse a las faenas agricolas, a las que coincide un tiempo explendido, y un año de venturosas esperanzas.
CORRESPONSAL. Manuel Barberan .
Se ha alzado en armas una partida carlista, en Samper de Calanda y en Castel nou. El gobernador de Teruel no se enteró del alzamiento hasta las siete de la tarde de ayer, dispuso enseguida que salieran las fuerzas de Hi jar y de Alcañiz en su persecución. En el Gobierno Civil se nos ha dicho, que la partida pasó por la finca que entre Hijar y Alcañiz poseé don Clemente Bernad, denominada el “ceperuelo”.
Tambien se tienen noticias de haber pasado los facciosos por Foz-Ca1anda. El número de sublevados asciende a 28.
Según un testigo, ayer a las seis y media de la mañana, dispongase a salir de Foz—CaIanda por el camino de Calanda, que dista una hora de aquel punto, un centinela de calzón corto blusa, y boina con borla, le dio el alto y no le permitió salir del pueblo.
Al poco rato — dice — se presentaron en Foz unos treinta hombres, armados de fusiles y escopetas, dirigiéndose a la casa Consistorial. Una vez en esta, hicieron comparecer al Alcalde, exigiendo 30 pares de alpargatas, 30 raciones de pan, y 40 duros.
Todo se les entregó menos el total de la cantidad pedida, de la cual solo se les dio 51 pesetas.
Se llevaron como rehen a don Simón Ariño, juez municipal.
Todos llevaban boina encarnada, y borla blanca. Después de recoger las raciones y el dinero, se retiraron al alto de Santa Bárbara, viendo venir a poco más de un kilometro por el camino de Calanda a seis guardia civiles y un cabo.
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